"Creí que era una aventura y en realidad era la vida" Joseph Conrad

jueves, 18 de marzo de 2010

¡Campeón!

Las masas, obnubiladas por la televisión, excitadas y babeantes ante el conocido evasor de impuestos, han podido verlo por fin (tras una larga e interminable espera) subirse al podio de ese circo especializado en quemar combustible para enriquecer a unos cuantos chorizos, en un circuito situado en uno de esos estados de oriente medio aliados del imperio, caracterizados por su desprecio por casi todos los derechos humanos y por su abundancia de petroleo.

Además, el asturiano, que se estrenaba con su nueva escudería, la del pony-pijo de rancio y caro abolengo, tiene patrocinador del universo bancario, el cuasi-delincuente de facto que en su momento pervirtió la ya de por sí pervertida legislación española para eludir su a todas luces merecidísima entrada en el trullo.

Nos queda el consuelo de que algo rojo entró, si no en el cerebro, por lo menos en el corazón de esas masas.


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