"Creí que era una aventura y en realidad era la vida" Joseph Conrad

martes, 12 de enero de 2010

DE PENA

Tengo un buen amigo de Mollerusa, eminente traumatólogo y docto catedrático de la Universidad de Navarra, al que en los postres de una reciente cena le empecé a enumerar todos los puntos del cuerpo que me dolían por la mañana al levantarme de la cama. Pacientemente me escuchó hasta el final y luego me dijo: “Joaquín, el que a partir de los 45 se levanta y no le duele nada no es que esté sano, es que está muerto”

Pues bien, ayer acordándome de mi amigo (que no suele errar el diagnóstico), me levanté muy preocupado, ya que no sentía la más mínima molestia en ninguna zona del cuerpo. Me tomé las pulsaciones por si se me había parado el motor y no me había dado cuenta y algo más tranquilo desayuné, me abrigué y saliendo de casa comencé a bajar las escaleras. E inmediatamente desapareció toda preocupación al notar un pinchazo agudo en la parte baja del gemelo que me obligó a agarrarme a la barandilla para no caerme. Así, cojeando por la nieve, conseguí llegar hasta el coche y me fui a trabajar.

A eso de las doce salí de la oficina y me dirigí hacia el coche para ir al médico y conocer el alcance de la posible lesión. Desde la acera de enfrente pulsé el botón del mando a distancia y la puerta del vehículo no sólo se abrió, sino que en ese mismo momento recibió en su seno a un gigantesco todo-terreno que venía derrapando por la calle helada y que se empotró por toda la aleta.

Así que mientras un compañero hacía el parte y avisaba a la grúa, yo cogí un taxi y me fui a ver al doctor Ramírez, que inmediatamente procedió a hacerme una ecografía de la parte dolorida. De ella sacó dos conclusiones: en primer lugar que a pesar de correr con mallas en las piernas y una braga en la cabeza no me encontraba loco ni embarazado, y en segundo lugar que tenía una rotura de fibras en la parte alta del sóleo. Me recetó bicicleta, hielo y un mes sin correr.

Aún no había terminado de asimilar la noticia, cuando recibí una llamada del taller en la que me comunicaban que el coche también tenía para un mes de chapa y pintura, recomendándome igualmente por su parte la bicicleta (hielo había de sobras por todas partes).

Y por si alguno no se lo cree, aquí debajo podéis ver el estado en que se encuentran en este momento el coche y el sóleo.


Ya sé que os estaréis preguntando que a qué viene el contaros toda esta historia. Pues se trata ni más ni menos de daros un poco de pena y poder conseguir un buen precio por el dorsal para la Media Maratón de Getafe del próximo día 24 que, dadas las circunstancias, me veo en la necesidad de poner a la venta. Preferiría incluso cambiarlo por un coche, pero como no va a poder ser os lo dejaré a precio de coste, 15 euros. Es más, aprovechando que son las rebajas os lo dejo en 14,95.

El primero que lo pida que se lo quede. Yo me dedicaré durante este mes a hacer labores de ganchillo, porque a ver quien coge la bicicleta con este tiempo. Mientras escampa me haré un gorrito para las partes sensibles....

1 comentario:

  1. hola joaquin,

    siento lo tuyo y espero que te recuperes pronto.

    si llego a tiempo yo me quedo con tu dorsal para getafe...

    dime como contacto contigo, soy juanjo.
    juanjo.melich@gmail.com

    ResponderEliminar