"Creí que era una aventura y en realidad era la vida" Joseph Conrad

lunes, 29 de marzo de 2010

Don Gil Imón

Allá por los principios del siglo XIX, el duque de Osuna celebraba fastuosos bailes en los que se reunía lo más florido de la sociedad madrileña. Todo el que tenía hijas en edad de merecer las llevaba a tales saraos con la sana intención de que algún elegante mozo de buena sociedad les librase de ese peso, llamado soltería por los padres y virginidad por las mocitas. A estas, siempre vestidas con sus mejores galas, se les llamaba "pollas" y a sus pretendientes "pollos".


Era por aquel entonces Don Gil Imón alcalde de Madrid. Este Don Gil era habitual de dichas fiestas, a las que iba siempre acompañado de sus dos pollas en edad de merecer. Parece ser que las chicas no eran demasiado agraciadas, por lo que ningún pollo que se preciara se les acercaba para pedirles un baile, con lo que los años pasaban y las pollas nunca llegaban a gallinas.

Durante mucho tiempo, todo el que llegaba a una fiesta preguntaba por él:

- ¿Ha llegado ya Don Gil?

- Sí, y como siempre acompañado de sus dos pollas.

La situación llegó a ser tan ridícula que se corrió por toda Madrid, hasta que algún chulapo gracioso se inventó el dicho: "Eres más tonto que Don Gil y sus pollas", que poco a poco derivó en Gil y pollas, con tanto éxito que ha conseguido entrar en el Diccionario de la Real Academia como "gilipollas", palabra sonora, colorida y concisa que con tanta profusión utilizamos.

Viene todo esto a que no estoy dispuesto a hacer el gilipollas, y no pienso escribir nada hasta que terminen las vacaciones de Semana Santa.

Que las disfrutéis.

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