Entrevista con: Juan Antonio Saiz

Este fin de semana nos vamos a Valencia acompañando a los que corren el Maratón. Para que no os aburráis vamos a comenzar hoy una serie de entrevistas, decididamente falsas y fraudulentas, en las que ni siquiera nos hemos preocupado en conocer la opinión de los entrevistados. Con esto conseguiremos poner en su boca respuestas que jamás se habrían atrevido a expresar, y conocer a posteriori su sentido del humor. Si además conseguimos cabrearlos habremos cumplido todos nuestros objetivos.

Indudablemente debemos comenzar por entrevistar a Juan Antonio Saiz, nuestro incombustible presidente. (Y, por cierto, fácil de cabrear).

Joaquin: Buenos días presidente.

Juan Antonio: Esto, pues eso, si, buenos días.

J.: ¿Cuantos años lleva usted como presidente del Club Maratón Guadalajara?

J.A.: Ni lo se ni me importa. Lo cierto es que yo nací ya presidente, pero hasta que me vine a vivir a Guadalajara no fui consciente de ello.

J.: ¿Y como llegó a alcanzar ese estado de consciencia?

J.A.: Fue en una de las primeras reuniones para fundar el Club. Una paloma se me posó en el hombro y así me di cuenta.

J.: ¿La paloma le hizo algún tipo de revelación?

J.A.: No. Se me cagó en la camisa y al limpiármela frente al espejo me di cuenta de que tenía cara de presidente.

J.: ¿De que tipo de presidente?

J.A.: Vitalicio.

J.: Vaya, vaya. Vamos a otro tema. Usted es un asiduo de los maratones. ¿Cúantos ha corrido hasta la fecha?

J.A.: Así a bote pronto un mogollón, y puede que me quede corto.

J.: ¿Y su mejor tiempo?

J.A.: Lo hizo en uno de Madrid, nublado pero sin llover y a 17 ºC..

J.: Pues digame ya cual es su carrera favorita.

J.A.: Empresariales.

J.: ¿Y que sistema de entrenamiento sigue usted?

J.A.: Entreno una media de tres días a la semana. Uno hago corto y suave. Los otros dos no hago casi nada.

J.: ¿Y el resto de la semana?

J.A.: Simplemente me quedo en casa y me estreso. Me ayuda a mantener la tensión muscular.

J.: ¿Y con ese método consigue estar siempre sobre 3:15? ¿Quién le enseñó el sistema?

J.A.: Mi cuñado.

J.: Pues el no baja de 4 horas.

J.A.: Porque no utiliza la técnica de estresamiento.

J.: Pues ahora que lo dice....

J.A.: Ni lo dude.

J.: Siguiendo con el maratón, usted es asiduo de muchos maratones internacionales, habiéndo sido nombrado hace poco hijo adoptivo del de Nueva York. ¿Porqué esta afición?

J.A.: Cuanto más lejos es el maratón, menos gente me pide que le saque el dorsal. ¿Me sigue usted?

J.: Totalmente. Bueno, y digamé: ¿que perspectivas tiene usted con respecto al Club?

J.A.: ¿Que Club?

J.: Hombre, pues el Club Maratón Guadalajara.

J.A.: ¡Ah, ese! Es que pertenezco a tantos que a veces me hago un lio. Con respecto al Club que usted me cita, le diré que va bien, que estamos a punto de superar la crísis y que para ello hemos preparado un plan de reducción de entrenamientos que afectará fundamentalmente a los mayores de 55 años. Haremos un gran esfuerzo, pero conseguiremos que todos ellos puedan correr un maratón al año sin necesidad de entrenar.

J.: ¿Se van a congelar las cuotas?

J.A.: ¿Y a usted que le importa?

J.: Tampoco hay que ponerse así. Veamos, otro tema. ¿Que le parece que se esten apuntando al Club tantas nuevas corredoras?

J.A.: Comprenderá que a mi edad es un tema que ni me va ni me viene.

J.: Pero ¿para cuando tendremos una junta paritaria?

J.A.: Creo firmemente que no necesitamos un paritorio en la junta, y menos teniendo las pistas de entrenamiento tan cerca del hospital.

J.: Hablando de las pistas ¿que opina sobre el próximo concierto que van a celebrar en ellas Fito y los Fitipaldis?

J.A.: Preferiría a Platero y Tú, que son más de mis tiempos ...

J.: Vale, dejemoslo ahi. Para terminar y romper la tensión acumulada durante la entrevista, digame su personaje histórico favorito.

J.A.: Déjeme que me lo piense. Siempre me han gustado los espíritus aventureros y revolucionarios... Pues mire usted, el Che.

J.: ¿ El Guevara?

J.A.: No, el Ma.


J.: Curioso personaje. Pues nada más, muchas gracias don Juan Antonio.

J.A.: Ni gracias ni leches. ¡A ver si de una vez me puedo estresar en paz!

J.: Y usted que lo vea.