Monstruos, aparecidos y fantasmas llenaron las instalaciones de la Fuente de la Niña, mientras esperaban que se diera la salida de la carrera más oscura y tétrica de la temporada.
Hubo fantasmas que se entretuvieron en hacer que muchas fotos salieran borrosas, interponiéndose entre la gente y el objetivo.
Pero el peor fue este pequeño monstruo, que se empeñó en apoderarse de todo el vino que teníamos para la cena.
Recorrimos el circuito previsto. Subimos la Cuesta de las Palomas sin más que pequeños tropiezos. La luna llena nos ayudó a ver casi sin necesidad de las linternas, a la vez que dificultaba la labor de los cabroncetes que se iban escondiendo para intentar asustarnos con grandes alarídos. ¡Asustarnos a nosostros, que estamos curados de todo espanto después de haber superado la prueba de resistir la entrega de trofeos de la Media de Sigüenza!
Bajamos a Iriépal por el camino del Cementerio y asustamos a casi todo el pueblo. Pero no os penséis que fue por los disfraces. En ese pueblo sale tan poca gente por la noche, que con ver más de tres personas juntas a esas horas ya sufren una crísis de pánico.
Y volvimos a las pistas a comernos el jamón, chorizo, chistorra y panceta que mientras tanto habían preparado Peta y compañía.
Os dejo con el video y el album de fotos. El año que viene volveremos e intentaremos cambiar el recorrido para hacerlo más urbano y por Guadalajara. A ver si además de comernos los chorizos, conseguimos asustar a alguno.
Hubo fantasmas que se entretuvieron en hacer que muchas fotos salieran borrosas, interponiéndose entre la gente y el objetivo.
Pero el peor fue este pequeño monstruo, que se empeñó en apoderarse de todo el vino que teníamos para la cena.
Recorrimos el circuito previsto. Subimos la Cuesta de las Palomas sin más que pequeños tropiezos. La luna llena nos ayudó a ver casi sin necesidad de las linternas, a la vez que dificultaba la labor de los cabroncetes que se iban escondiendo para intentar asustarnos con grandes alarídos. ¡Asustarnos a nosostros, que estamos curados de todo espanto después de haber superado la prueba de resistir la entrega de trofeos de la Media de Sigüenza!
Bajamos a Iriépal por el camino del Cementerio y asustamos a casi todo el pueblo. Pero no os penséis que fue por los disfraces. En ese pueblo sale tan poca gente por la noche, que con ver más de tres personas juntas a esas horas ya sufren una crísis de pánico.
Y volvimos a las pistas a comernos el jamón, chorizo, chistorra y panceta que mientras tanto habían preparado Peta y compañía.
Os dejo con el video y el album de fotos. El año que viene volveremos e intentaremos cambiar el recorrido para hacerlo más urbano y por Guadalajara. A ver si además de comernos los chorizos, conseguimos asustar a alguno.
Gracias por este estupendo montaje...
ResponderEliminarMiguel