"Creí que era una aventura y en realidad era la vida" Joseph Conrad

domingo, 8 de noviembre de 2009

OTOÑO

Este fin de semana al parecer ha sido el comienzo oficial del otoño. A Maribel y a mí nos ha llegado en Alcañiz, en el corazón del Bajo Aragón, y hoy nos ha tocado compartir entrenamiento con uno de los más antiguos moradores de la zona: el cierzo, un cierzo de proporciones inenarrables.

Hemos corrido primero con el cierzo de cara y al final con el cierzo en los talones, y os aseguro que es una experiencia que pocas veces podremos disfrutar en Guadalajara. Nos hemos acordado mucho de Manolo, César y de todos los que van a correr el Maratón de Zaragoza; ya podéis elevar vuestras más fervientes plegarias para que nos os salga un día como hoy.


Os aseguro que hemos intentado salir en las fotos, pero el viento era tan fuerte que se llevaba nuestras imágenes antes de que la cámara las captara.


También nos hemos acordado de los que han ido hoy a San Sebastián. ¡Y pensar que teníamos dorsales para los dos y los vendimos! A eso se llama visión de la jugada. Para los que han ido llegan demasiado tarde las plegarias: que el señor tenga misericordia de todos ellos. Os recordaremos.

De vuelta a casa y mientras esperaba la comida totalmenete agotado, me he puesto a hojear antiguos libros de viejos poetas aragoneses y, tal vez un poco deprimido por la violencia de esta dura naturaleza que nos ha tocado en suerte en Aragón, he entresacado estos dos poemas que me gustaría compartir con vosotros. Los dos autores comenzaron como maestros y luego fueron poetas, y de nuevo maestros de nuevos poetas. Los dos formaron parte del grupo poético de la tertulia del Niké. La primera poesía es de Miguel Labordeta, fundador de la tertulia y fallecido ya hace cuarenta años y la segunda de Rosendo Tello, probablemente el más grande poeta vivo de Aragón, y que tiene el dudoso honor de tener un sobrino como yo.

Si me hacéis la merced de leerlos, os aconsejo que los acompañéis de esta cancion de José Antonio, hermano de Miguel.





ME REGISTRO LOS BOLSILLO VACIOS
para saber donde fueron aquellos sueños.
Invado las estancias vacías
para recoger mis palabras tan lejanamente idas.
Saqueo aparadores antiguos, viejos zapatos,
amarillentas fotografías tiernas,
estilográficas desusadas y textos desgajados del bachillerato,

pero nadie me dice quién fui yo.

Aquellas canciones que tanto amaba
no me explican donde fueron mis minutos perdidos.
Y aunque torturo los espejos con peinados de quince años,
con miradas podridas de cinco años,
o quizá de muerto,
nadie, nadie me dice dónde estuvo mi voz
y de qué sirvió mi fuerte sombra mía
esculpida en presurosos desayunos,
en jolgorios de aulas y pelotas de trapo
mientras los otoños sedimentaban de pálida sangre
las bodegas del Ebro.
Y en que escondidos armarios guardan los subterráneos ángeles
nuestros restos de luz de lluvia nocturna atormentada,
por que vertiente terrible se despeñan los corazones
de los viejos relojes parados.
Dónde encontraremos aquello que éramos
en las tardes de los sábados,
cuando el violento secreto de la vida
era tan sólo una dulce campana enamorada.
Pues yo registro los bolsillos desiertos
y no encuentro un sólo minuto mio
ni una sóla mirada en los espejos
que me diga:

Quién fui yo.

Miguel Labordeta




ASCIENDEN DE LA HOGUERA OJOS DE LUMBRE
giralunas de tierra cometas y campanas
estrellas manantiales de ceniza
De la hoguera los sueños se reparten
por un campo de nieve y el viento alienta huellas
de un alba
Canta y callan
los dioses de los pámpanos
Racimos
de irradiación del suleo polvo en lluvia
de ocaso ahora semilla
del canto ahora cauce
de inundación que un brazo
hará estallar
Ya es muerte
Pan eucaristía
el árbol sacramento
de la inmortalidad la muerte
de otra llama que crece y crece sube
ya llaga sobre el campo sólo campo
de hoguera que a sí misma
se nutre en el olvido
de su espesor de bronce.

Rosendo Tello

1 comentario:

  1. Te puedo asegurar que tengo a toda la familia rezandole a la Pilarica todos los dias y desde el viernes que llegare a Zaragoza hasta el domingo estare en la Basilica rezando para que no me enseñe lo que es el cierzo.

    Un abrazo

    Manu

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