"Creí que era una aventura y en realidad era la vida" Joseph Conrad

domingo, 18 de mayo de 2008

Mi primer Maratón

(Quería disculparme con Ignacio, que me envió a la vez que a Juan Antonio sus vivencias sobre su primera Maratón, y que no pude publicar por los motivos anteriormente expuestos. Aunque ya lo hizo Juan Antonio en la página Web del Club, lo incluyo a continuación, pues realmente lo merece. Enhorabuena por tu primer Maratón. Ahora a por el segundo.)


por Ignacio Hernandez

Son las 5:45 am, suena el reloj, el gran día ha llegado y no se puede fallar, realmente no te puedes fallar a ti mismo. Una nueva aventura en tu vida se ve a lo lejos de la nacional II, si Madrid esta a lo lejos y tu primera Maratón se acerca de forma rápida y temerosa.

El ambiente es magnífico para disfrutar de un día festivo por las calles de Madrid, pero en esos momentos solo tienes en tu cabeza una cosa y esa cosa es correr y demostrarte que todo tu esfuerzo ha merecido la pena y que el cansancio acumulado por fin se va a transformar en un éxito, en una ilusión más; superar el reto de controlar tu cuerpo y sobretodo tu cabeza durante la larga distancia de los 42,195 km.

Todo el mundo está ansioso por salir y llegan los consejos y los ánimos de última hora, pero tu cabeza sigue ausente de la realidad como metida en un sueño que se escapa de la realidad y del control de la situación; entonces te das cuenta que eres nuevo en esto y que te enfrentas a un gigante que solo podrás derrotar con inteligencia y sufrimiento.

Por fin el bullicio de la marea humana se rompe con un disparo fuerte y seco que anuncia el comienzo de la prueba, si de tu ansiado reto, y es cuando tu cuerpo y tu mente se liberan de esa presión inicial y comienzas a correr y a disfrutar de esa experiencia que todo el mundo te hablaba como maravillosa y gratificante, aunque eres perfectamente consciente de lo duro que puede llegar a ser si no eres frio y calculador y te dejas llevar por la emoción del evento.

Los kilómetros pasaban con relativa facilidad y el ritmo de carrera era adecuado para afrontar la totalidad de la prueba con posibilidades reales de poder llegar a la meta y saborear las mieles del éxito. Las buenas sensaciones me pedían correr más deprisa de lo debido pero en esos momentos la voz de mi conciencia jugaba su papel fundamental de medio tranquilizador, dándome en todo momento seguridad y consejo sobre la forma de afrontar los kilómetros venideros.

La llegada al kilómetro 28 fue clave en el devenir posterior de la prueba, llegando a un punto de inflexión a partir del cuál empezó otra carrera totalmente diferente a la realizada hasta el momento. Esta nueva carrera se caracterizó sobretodo por su dureza y por la soledad de la misma, el cuerpo cansado se separa de la mente y dejas de ser un simple corredor para ser parte de la carretera cuya única finalidad es hacer kilómetros sin importante nada más de lo que sucede a tu alrededor. Las voces suenan como el eco en un valle, los atletas dejados en el camino parecen los derrotados de una batalla, y tu cuerpo fluye por las calles como una comparsa más de cualquier carnaval con la única intención de llegar al final del camino para descansar.



Sin embargo tu sigues corriendo y pasando gente y más gente y sigues escuchando voces y viendo pancartas de kilómetros; entonces te das cuenta de que lo estas consiguiendo, has vencido a tu cabeza y esta se vuelve a reencontrar con tu cuerpo, te queda poco y nunca has dejado de correr, sigues en la prueba y no te has rendido, entonces te sientes grande y eufórico. Las voces vuelven a recobrar sentido, son el aliento que te falta, tu conciencia vuelve a resonar con fuerza recordándote lo que tienes que hacer y entonces vuelves a disfrutar de una ciudad hermosa y grandiosa como Madrid volcada en el reto de 8000 personas dispuestas a superarse y a cumplir sus objetivos.

Después de más de tres horas y media por fin te ves dentro del deseado Retiro y ya con las energías justas das el último apretón motivado por los ánimos de tu novia que t espera en la llegada y por la ilusión que te genera entrar de la mano de un amigo como es Florian. La meta esta a tu alcance por primera vez a lo largo de toda la mañana y no dudas en cruzarla alzando los brazos como si de un campeón se tratase, y la verdad que cada uno a su manera es un triunfador por el éxito cosechado.

La alegria de la llegada supera al cansancio acumulado y es entonces cuando te das cuenta de que lo has conseguido y de que tu tiempo al fin y al cabo no ha estado del todo mal para ser tu primera Maratón. El esfuerzo de tantos meses ha merecido la pena y llegas a la conclusión de que sin esfuerzo en la vida no se consigue nada, aunque siempre te ayuden otros elementos como son tus compañeros del club, tu familia etc…

Después de tres semanas de haber realizado la prueba me planteo que hubiera sido de mi en la carrera si la voz de mi conciencia no me hubiera dado esos consejos y no me hubiera sosegado en los momentos claves. Seguramente no hubiera acabado la carrera o lo hubiera hecho mucho peor, por lo tanto no me queda otra que agradecer a esa voz su sabiduría y su experiencia en la carrera, gracias Salvador.

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