Últimamente he visto a varios compañeros, que dicen estar lesionados o que afirman no estar corriendo durante el verano, entrenando duramente por lugares y a horas insospechadas. Pues bien, para ahorrarles los avatares de la clandestinidad, me creo en la obligación de hacer dos desmentidos:
Primero: llegar el último en un entrenamiento o en una carrera no afecta a la virilidad.
Segundo: todas las lesiones se curan, excepto la última. Pero estad tranquilos, que después de la Última Lesión, todos los maratonianos van al cielo. El infierno ya lo pasamos corriendo.
O sea, que podéis dejar de hacer payasadas, y venir a entrenar con todos. Os recibiremos con los brazos abiertos.
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Primero: llegar el último en un entrenamiento o en una carrera no afecta a la virilidad.
Segundo: todas las lesiones se curan, excepto la última. Pero estad tranquilos, que después de la Última Lesión, todos los maratonianos van al cielo. El infierno ya lo pasamos corriendo.
O sea, que podéis dejar de hacer payasadas, y venir a entrenar con todos. Os recibiremos con los brazos abiertos.
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MEDITACION PARA HOY
Tengo una terrible duda, después de escribir lo anterior. Como ya dijo el Barón, todos los rockeros van al infierno. Y si los maratonianos van al cielo, ¿dónde van los rockeros maratonianos? Pues probablemente al purgatorio, donde son condenados a aprenderse de memoria la discografía completa de todos los triunfitos.
Mientras hago tiempo, y como un pecadillo más o menos ya no importa a estas alturas, os dejo con las Campanas del Infierno. Un placer.
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