"Creí que era una aventura y en realidad era la vida" Joseph Conrad

viernes, 2 de mayo de 2008

Peras al Olmo - Corolario

Desde hace tiempo bajar de las tres horas en una maratón, se ha alejado. Sin embargo, la alegría por correr se agranda.

Este domingo pasado en Madrid, la Behobia y las sucesivas carreras, son los puntos de encuentro, de personas que entre madrugar, amar, trabajar, viajar, dudar, comenzar a vivir el futuro en sus niños, cabecear, contemplar, pensar, soñar, leer, cultivar, sacan un tiempo para viajar consigo mismo, con el esfuerzo que supone salir de la facilidad que se encuentra en el plácido sillón del día a día. Empezaba el domingo 27, un viaje de recorrido definido pero de resultados abiertos a la épica más incierta. Parece ser que siempre existe un ganador: el presi, el boss, anclado eternamente en un tiempo intermedio, siempre repetido. Las puertas del autobús, las puertas de la nueva ampliación del museo del Prado, que tan orgulloso me enseño Santiago, y no era para menos, nos abrían paso al reciente pasado vivido, donde en el inexorable tiempo, nos habíamos enfrentado con los caminos que rodean la ciudad. A veces, la isla “Museo del Prado”, puede ser un recóndito espacio donde un Robinson, puede vagar como el holandés errante.



Para llegar a la salida, mi primera maratón empezó el sábado, ese día me enfrentaba con algo nuevo: ser actor en unos sainetes de los hermanos Alvárez Quintero. ¿Más fácil que la carrera del domingo?. Muy diferente, pero dura. Te enfrentas con la incertidumbre de saber el papel, de compenetrarte con tus compañeros, todo ello no es fácil. Puede llegar a ser tan duro como tener que abandonar el viernes uno de los ensayos finales, al sentirte impotente para dar respuesta a la calidad de tus compañeros. Finalmente la audiencia fue muy condescendiente y como diría el crítico taurino, la faena fue muy aseada. La reflexión final, pese a los sueños de toda una vida es que no habrá muchas oportunidades, fue casi la primera y casi la ultima, para acercarse y quedarse en este mundo la preparación también debe ser exhaustiva.

Fue la antigua sede de correos, lugar de encuentro para los solitarios que ese día tenían su encuentro anual. No había miedo que cada uno buscará caminos diferentes, ese día nos apetece ir con un sevillano, que ahora estará corriendo la ultramarathon de Ronda, con Pedro, venezolano, conocido en todo Madrid, con Armando y por supuesto con Julián Senen y Fernando Moreno

Correr con esta gente experimentada va convirtiendo la incertidumbre y el pánico al esfuerzo extremo, en certeza. Cuando por vicisitudes de la carrera nos separamos, el tiempo demostró que siempre mejor juntos.

Se pueden detallar muchas impresiones de la carrera: dos jóvenes que recibieron piropos del grupo entero y mi admiración en forma de doblamiento de tobillo que afortunadamente no fue a más; broma macabra, inocente y estúpida de decir a alguien que en el kilómetro 5 ya va andando que al ser del Akiles, ya le han dado en el talón, éxtasis al pasar por Sol, saludos a la gente que nos contempla.

Llegando a los días posteriores, incluso dentro de las inmediatas horas doloridas. Lo desconocido de este mundo, es que el fin, se ha convertido en un medio que envenena la mente, al que el mejor antídoto es el tiempo, porque el subidón te haría estar pensando en las carreras de días posteriores, por ejemplo, la media de Zaragoza.


Los puntos de dolor se van acabando. El luchador emprende caminos a la vida

Los niños absortos en sus mundos, cimientan sus juegos sobre el regazo materno

Plazas de vidas, de pasos iniciados, rasgan el corazón de la tierna mirada.

Caminos de miedo, caminos arropados, la tierna Rosa invita a los nuevos soles

La niña duracell acaricia el regazo, siempre recargador

El gladiador patina desconcertado en los nuevos terrenos nevados

Siempre está el amor en las cosas cotidianas, y así seguirá.

1 comentario:

  1. CHISTE Nº 18.- LA TENACIDAD DEL BARBERO ES SIMILAR A LA DE LOS CORREDORES DE MARATON------------------------------------------------- A un señor le están afeitando y observa con estupor como el barbero, cada vez que tira de la navaja, se lleva por delante media cara.

    Viendose la cara en el espejo cómo la de un Cristo, le dice timidamente al barbero:

    !oiga! parece que la navaja se agarra un poquillo.

    A lo que el barbero le contesta con energia:

    !NO SE PREOCUPE! !AQUI HAY UN TIO CON DOS PELOTAS PARA TIRAR DE ELLA!

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