Cada vez está mas cerca el Maratón, y las neuras empiezan a aflorar a ritmo creciente. No creo que haya nadie que a estas alturas no sufra de dolores inenarrables, ni esté dudando de sus posibilidades de terminar la carrera.
Por eso quiero dedicar este post a ese grupo de innombrables, a los que podríamos llamar de piñón fijo, esto es, los que hacen lo que les dicta su plan de preparación contra viento y marea, por encima de cualquier otra consideración.
Yo fuí uno de esos. Recuerdo que estando un jueves, a tres días del maratón, cenando en el Asador Donostiarra (invitado, por supuesto), se me acercó el maitre, y amablemente me preguntó:
- ¿Que tomará el señor de segundo?
A lo que contesté gallardamente,
- Macarrones
Y me respondió.
- Caballero ....... los macarrones en la pizzería de la esquina.
Si señor, con dos cojones, me lo tenía merecido. (Pero los tiempos han cambiado).

Pues bién, para todos los que son como yo fuí, para los geómetras de la preparación física, para todos ellos esta canción de Javier Krahe que les abrirá los ojos a la geometría de la vida. Escucharla atentamente (primero va una pequeña introducción), y al terminar tomar algo salado, que os vendrá mejor que un plato de macarrones.
Por eso quiero dedicar este post a ese grupo de innombrables, a los que podríamos llamar de piñón fijo, esto es, los que hacen lo que les dicta su plan de preparación contra viento y marea, por encima de cualquier otra consideración.
Yo fuí uno de esos. Recuerdo que estando un jueves, a tres días del maratón, cenando en el Asador Donostiarra (invitado, por supuesto), se me acercó el maitre, y amablemente me preguntó:
- ¿Que tomará el señor de segundo?
A lo que contesté gallardamente,
- Macarrones
Y me respondió.
- Caballero ....... los macarrones en la pizzería de la esquina.
Si señor, con dos cojones, me lo tenía merecido. (Pero los tiempos han cambiado).

Pues bién, para todos los que son como yo fuí, para los geómetras de la preparación física, para todos ellos esta canción de Javier Krahe que les abrirá los ojos a la geometría de la vida. Escucharla atentamente (primero va una pequeña introducción), y al terminar tomar algo salado, que os vendrá mejor que un plato de macarrones.
Y a continuación la penúltima semana del plan de preparación.
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