"Creí que era una aventura y en realidad era la vida" Joseph Conrad

miércoles, 10 de marzo de 2010

Entrevista con: Jaime Carnicero

Siguiendo con nuestra serie de entrevistas apócrifas, a la vez que falsas y tendenciosas, hoy vamos a pulsar la opinión de uno de nuestros más entrañables ediles.

La verdad es que había pensado pasarme por el Ayuntamiento y conocer su verdadera opinión sobre varios temas que nos afectan directamente a muchos deportistas de esta ciudad. Pero entre lo difícil que está aparcar por el centro y la facilidad anotadora de que últimamente hacen gala nuestros municipales, impulsada por el estado casi canino de las arcas municipales, al final me he decidido por inventarme la entrevista. Además ya se sabe que decir la verdad está al alcance de cualquiera, pero para mentir bien hay que ser muy creativo. Seámoslo pues.

- Joaquin: Buenos días, don Jaime.

- J.Carnicero: Muy buenos días. Y deje de tratarme de usted.

- J: ¿Le puedo tutear?

- C: No. Pero prefiero señoría o excelencia. El don se me hace corto.

- J: Corríjame si me equivo, pero excelencia coresponde a un alcalde y señoría a un diputado. ¿Aspira usted a alguno de esos puestos?

- C: ¡Y dale con el usted! Yo no aspiro a nada. Las personas que estamos predestinadas a ser líderes y forjadoras del futuro de este país, debemos aceptarlo todo, con recato, pero sin falsa modestia. Así que se puede dirigir a mí como señoría.

- J: Está bien vamos allá. Antes de pasar a conocer su opinión sobre el carril bici, me gustaría saber si su señoría es aficionado al noble deporte del pedal.

- C: Bueno, en tiempos sí que hice mis pinitos con la bicicleta, pero lo tuve que dejar.

- J: ¿Alguna lesión?

- C: No. Fue cuando el uso del casco se hizo obligatorio.

- J: Hombre, su señoría tiene un buen diametro craneal, pero tampoco es para tanto.

- C: No, no. El casco no era el problema. El problema es el barbuquejo. Los hacen demasiado cortos.

- J: Y practicó algún otro deporte?

- C: Empecé a ir al gimnasio, pero al ver que lo del barbuquejo empeoraba lo tuve que dejar.

- J: También ha estado su señoría en los boy scouts.

- C: Es cierto. Allí comencé a formarme como lider.

- J: Pues mire que yo le hubiera hecho más en la OJE.

- C: Lo intenté, pero me pusieron muchas trabas para entrar.

- J: ¿Trabas a su señoría?

- C: Me achacaban un exceso de celo a todas luces falso.

- J: Evidentemente. Pero vamos al carril bici. Ya sabe que éste ha recibido numerosas críticas ...

- C: ¡Alto ahí! Numerosas no. Han sido dos: una por parte de ese peligroso bolchevique como es Daniel Jiménez, y otra de un peligroso rojo sectario como usted, lo cual califica por sí mismo la validez de dichas críticas.

- J: Perdone, pero yo no soy peligroso.

- C: Sí que lo es.

- J: No.

- C: ¿Quién manda aquí?

- J: Su señoría.

- C: Pues entonces lo es.

- J: Está bien. ¿Pero qué responde a las críticas?

- C: ¿Qué periódico lee usted?

- J: Ninguno.

- C: ¿Ve? Ahí está el problema. Deje de formarse sus propias opiniones, sea solidario y lea más la prensa. Estará mejor informado y será feliz cuando descubra que la culpa de todo, incluido lo del carril bici, la tiene Zapatero.

- J: Puede que su señoría tenga razón. Tenía previsto preguntarle sobre la relación entre los conciertos que se celebran en las pistas de atletismo y el lamentable estado del cesped, pero esperaré a leerlo en algún periódico. Además, si la culpa es de Zapatero ¿para qué preocuparnos?.

- C: Va usted aprendiendo.

- J; ¡Manda huevos!

- C: ¿Ve usted? Si sigue así pronto podrá ser acogido incluso en el Opus Dei. Y vamos a dejarlo que tengo pleno. Muy buenas tardes.

- J: Sin pecado concebida.

1 comentario:

  1. Los que somos de Guadalajara y ya le conocemos de largo a este personaje no te sorprende nada.Es como a un mono darle dos pistolas Es imprevisible.

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