Entre la lluvia y un molesto dolor de tripas, llevo cuatro días sin acercarme por las pistas, lo cual no dejan de agradecerlo las piernas. Pero tiene un grave inconveniente: estás en casa cuando empiezan los telediarios. A pesar de que tardo en cambiar de cadena lo que tardo en encontrar el mando a distancia, ayer no pude por menos que escuchar las palabras que, en sede parlamentaria, decía un individuo valenciano (no sé si harto de vino de Requena o de agua de Entrepeñas). No comentaré las imbecilidades que dijo ya que a la única inteligencia que no insultaban era a la suya, probablemente porque los ladrones no son inteligentes, sólo son astutos. Pero cuando conseguí superar la hilaridad, me prometí no dejar pasar la ocasión sin llamarle públicamente lo que se merece:
De distinta sangre (III) o al otro lado del ron.
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*Toca otra vez, viejo perdedor*
Tócalaotra vezCarlitos
comosi lanoche deRivas fueraNormandía
elmirador deSaint-Aignan contodo Ruánbajo nuestrospies
esamelod...
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