por Valentin García Mota
Se acerca Agosto y mi obligación me lleva a molestaros obligándoos a rebuscar vuestras gafas de presbicia para que deis cumplida cuenta de este y próximos resúmenes, de lo contrario la cosa pintaría muy mal para mis intereses. Esta vez os hablaré de un animal y otros casi 7000 seres humanos con menos conocimiento que este conocido ejemplar.
Sí, no lo dudes es lo que te parece el carnero de la legión y otros tíos en pantalón corto, hasta casi 7000 en total, entre los más de 3000 ciclistas, los 600 duatletas y también los más de 3000 marchadores. Todos ellos compartiendo la firme convicción de completar los 101 km que la Legión había señalizado y avituallado en las inmediaciones de Ronda. Hay otros mundos más allá de Torija, Jadraque y Mapoma, y Ronda con sus 101 km es uno de ellos. Allí me fui este fin de semana, becado por el comando Bejanque con un billete de Ave a Sevilla, un coche de alquiler a Ronda y un hotel decente a las afueras.
La feria del corredor en este sitio es como la mili, entre otras cosas porque la organización corre de forma completa a cargo del 4º tercio Alejandro Farnesio de la legíón. Así que después de recoger la bolsa del corredor con una fila en perfecta formación me dirigí a la cena de la pasta dónde disfrute de un estupendo rancho en una carpa militar acompañado del general de la legión y el coronel del tercio.
La prueba es un recorrido de 101 km con 6500 m de desnivel acumulado en el que a las 10h30 de la mañana del sábado sale el pelotón de ciclistas y duatletas, más de 3500 para luego sobre las 11h00 de la mañana dar salida a otros 3000 marchadores . El recorrido es el mismo para todos, se trata de un bucle que arranca y acaba en Ronda y que te lleva a recorrer parajes de las inmediaciones de Ronda: Arriate, Setenil de las Bodegas, el propio cuartel del Tercio, Montejaque, Benaojan para terminar en de nuevo en la espectacular subida del tajo de Ronda. Para completar el bucle los ciclistas disponen de 12horas y duatletas y marchadores de 24 horas.
No es la primera vez que me enfrento a una distancia superior al maratón, pero hasta la fecha siempre lo había hecho en una ambiente montañero dónde salvo que seas un auténtico piernas caminas en mayor medida que lo que verdaderamente corres, y ojo no despreciemos el verbo caminar que hacerlo deprisa durante mucho tiempo y salvando desniveles importantes cansa, agota y jode más que correr. Pero esta vez en Ronda la prueba me ha resultado diferente, se ha invertido la proporción notablemente y con mochila de más de 2kg diría que he corrido casi un 70% de esos kilómetros.
Empecé con muchas dudas por desconocer el recorrido y siguiendo algunos consejos empleé unas zapas de asfalto, gran acierto final y una mochila con un mínimo material, líquido, geles, ropa de abrigo y frontal. Esto último con el propósito de ser lo más autónomo posible y aunque se dispone de dos puntos intermedios dónde puedes enviar material, me plantee una carrera a lo zíngaro con mi mochila llena de gadgets: compeed, ibuprofeno, camiseta términa fina, chubasquero, frontal, teléfono, llamador de ángeles, 50€, geles, cámara de fotos, bidón y botellita de agua.
Aunque no nos colocamos muy bien en la salida el ímpetu del comienzo por el centro de Ronda nos lleva hasta la parte delantera del pelotón. Empiezo a descubrir que se puede correr bastante más de lo que había pensado y me asusta el ritmo, tengo piernas para esas pistas y el peso de la mochila de momento no molesta mucho, pero prefiero ser prudente e ir reservando porque quedan muchísimos kilómetros y mucho sol sobre todo.
Completamos lo primeros 25km en menos de 3 horas, hemos hecho alguna subida y sobre todo hemos contenido la euforia. Son las 2 de la tarde y el calor empieza a apretar, corro sin camel back para rellenar líquidos sin mucha perdida de tiempo así que llevo en todo momento una botellita de medio litro en la mano con sales de la que no paro de beber, además un bidón de 600ml en la mochila que en alguna ocasión tuve que utilizar en mi propio beneficio ó en la salud de algún otro participante.
Se suceden los kilómetros y por fin llegamos al primer punto de entrega de material, kilómetro 58. Ya he pasado a unos cuantos acalambrados en la primera subida fuerte, también me he encontrado con los ciclistas rezagados y he visto a más de un corredor vomitar. La carrera se ha endurecido y acabo de descubrir en el fregao que me he metido. Llevo bastante más de 6 horas y salvo las cuestas he corrido absolutamente todo, pasando por un momento de bajón al cumplir las 6 horas del que me he repuesto como he podido.
En Setenil se puede recoger mochila, además hay comida y asistencia médica. En este punto yo no he dejado nada, así que cojo un sándwich de jamón del avituallamiento y un vaso de coca-cola, además lleno mis botellas y no me detengo ni 5’. Al salir llegamos a la segunda subida importante, no es Pirineos pero tampoco es gratis, aquí en la Serranía también se sufre. Cuando llego al final y me dicen que lo que queda hasta el cuartel es bajada me dan la alegría del día, porque la bajada tiene un desnivel bastante cómodo para correr.
Por fin llego al cuartel km 77, es el segundo puesto dónde puedes dejar mochila y dónde también puedes comer caliente. Además aquí han hecho la transición los duatletas que van por delante nuestro. Aquí si he dejado mochila, zapatillas de repuesto, forro, camiseta, medias, más geles y hasta bastones. He entrado junto con unos sevillanos veteranos en Ronda y recogemos mochila y algo de comer muy rápidamente. Cambiarme de calcetines, camiseta y comer un perrito con una coca-cola me cuesta menos de 15´, ya tendré tiempo de relajarme.
La salida del cuartel es muy dura, se sale del cuartel subiendo, para luego abandonar las comodidades y cruzarte en una cuesta abajo con los duatletas que regresan a Ronda, a ellos les faltan menos de 10km y a mí todavía unos 25km. Por fin acabas descubriendo la penúltima cuesta, la subida a la ermita, que sin ser tampoco Pirineos resulta evidente que la inflación del día la ha encarecido y mucho. Corono la cuesta en el km 83 anocheciendo, la primera parte de la bajada la puedo hacer sin frontal pero al llegar a Montejaque km 83 ya me oblian a ponerme el frontal. Desde aquí hay un tramo cómodo en bajada por asfalto hasta Benaojan . Desde que comencé la carrera he corrido todo salvo las bajadas y algún pequeño momento de desfallecimiento en llano que he aprovechado para hidratarme o comer.
Al llegar a este pueblo paro en una tienda y compro unas pilas para el gps, estoy en el 87km y se inicia una parte dura por la inmediaciones de Hundidero Gato, es una travesía espeleológica preciosa que tuve ocasión de hacer hace mucho tiempo. El recorrido se sale del aslfato y se mete por unas sendas complicadas, mantener la carrera con frontal y por esas sendas exige mucha atención. En el 91km abandonamos las sendas y de nuevo volvemos a pistas. Ahora con el cansancio lógico puedo corre más comodo, nos cruzamos con gente que comienza la subida a la ermita serán unos 25 km me han llevado unas tres horas y es noche cerrada, el cruce de miradas es terrible, alguno me saluda y hasta me da ánimos.
Por fin aparce la última subida, la del tajo de Ronda, la de las mentiras. Me siento eufórico, tengo claro que la carrera ya esta hecha y ahora toca disfrutar. Comienzo relajado la subida y voy apretando poco a poco, se trata de caminar aumentando el paso. Cuando veo las primeras casas de Ronda y desaparece el viejo adoquín, comido por el asfalto me da un subidón que me hace ponerme a trotar y corriendo soy capaz de completar el último kilómetro y medio, con cámara en ristre para llegar a meta en 12h56’, puesto 92 de la general de entre los casi 1800 de 3000 que lograron acabar.
Se acerca Agosto y mi obligación me lleva a molestaros obligándoos a rebuscar vuestras gafas de presbicia para que deis cumplida cuenta de este y próximos resúmenes, de lo contrario la cosa pintaría muy mal para mis intereses. Esta vez os hablaré de un animal y otros casi 7000 seres humanos con menos conocimiento que este conocido ejemplar.
Sí, no lo dudes es lo que te parece el carnero de la legión y otros tíos en pantalón corto, hasta casi 7000 en total, entre los más de 3000 ciclistas, los 600 duatletas y también los más de 3000 marchadores. Todos ellos compartiendo la firme convicción de completar los 101 km que la Legión había señalizado y avituallado en las inmediaciones de Ronda. Hay otros mundos más allá de Torija, Jadraque y Mapoma, y Ronda con sus 101 km es uno de ellos. Allí me fui este fin de semana, becado por el comando Bejanque con un billete de Ave a Sevilla, un coche de alquiler a Ronda y un hotel decente a las afueras.
La feria del corredor en este sitio es como la mili, entre otras cosas porque la organización corre de forma completa a cargo del 4º tercio Alejandro Farnesio de la legíón. Así que después de recoger la bolsa del corredor con una fila en perfecta formación me dirigí a la cena de la pasta dónde disfrute de un estupendo rancho en una carpa militar acompañado del general de la legión y el coronel del tercio.
La prueba es un recorrido de 101 km con 6500 m de desnivel acumulado en el que a las 10h30 de la mañana del sábado sale el pelotón de ciclistas y duatletas, más de 3500 para luego sobre las 11h00 de la mañana dar salida a otros 3000 marchadores . El recorrido es el mismo para todos, se trata de un bucle que arranca y acaba en Ronda y que te lleva a recorrer parajes de las inmediaciones de Ronda: Arriate, Setenil de las Bodegas, el propio cuartel del Tercio, Montejaque, Benaojan para terminar en de nuevo en la espectacular subida del tajo de Ronda. Para completar el bucle los ciclistas disponen de 12horas y duatletas y marchadores de 24 horas.
No es la primera vez que me enfrento a una distancia superior al maratón, pero hasta la fecha siempre lo había hecho en una ambiente montañero dónde salvo que seas un auténtico piernas caminas en mayor medida que lo que verdaderamente corres, y ojo no despreciemos el verbo caminar que hacerlo deprisa durante mucho tiempo y salvando desniveles importantes cansa, agota y jode más que correr. Pero esta vez en Ronda la prueba me ha resultado diferente, se ha invertido la proporción notablemente y con mochila de más de 2kg diría que he corrido casi un 70% de esos kilómetros.
Empecé con muchas dudas por desconocer el recorrido y siguiendo algunos consejos empleé unas zapas de asfalto, gran acierto final y una mochila con un mínimo material, líquido, geles, ropa de abrigo y frontal. Esto último con el propósito de ser lo más autónomo posible y aunque se dispone de dos puntos intermedios dónde puedes enviar material, me plantee una carrera a lo zíngaro con mi mochila llena de gadgets: compeed, ibuprofeno, camiseta términa fina, chubasquero, frontal, teléfono, llamador de ángeles, 50€, geles, cámara de fotos, bidón y botellita de agua.
Aunque no nos colocamos muy bien en la salida el ímpetu del comienzo por el centro de Ronda nos lleva hasta la parte delantera del pelotón. Empiezo a descubrir que se puede correr bastante más de lo que había pensado y me asusta el ritmo, tengo piernas para esas pistas y el peso de la mochila de momento no molesta mucho, pero prefiero ser prudente e ir reservando porque quedan muchísimos kilómetros y mucho sol sobre todo.
Completamos lo primeros 25km en menos de 3 horas, hemos hecho alguna subida y sobre todo hemos contenido la euforia. Son las 2 de la tarde y el calor empieza a apretar, corro sin camel back para rellenar líquidos sin mucha perdida de tiempo así que llevo en todo momento una botellita de medio litro en la mano con sales de la que no paro de beber, además un bidón de 600ml en la mochila que en alguna ocasión tuve que utilizar en mi propio beneficio ó en la salud de algún otro participante.
Se suceden los kilómetros y por fin llegamos al primer punto de entrega de material, kilómetro 58. Ya he pasado a unos cuantos acalambrados en la primera subida fuerte, también me he encontrado con los ciclistas rezagados y he visto a más de un corredor vomitar. La carrera se ha endurecido y acabo de descubrir en el fregao que me he metido. Llevo bastante más de 6 horas y salvo las cuestas he corrido absolutamente todo, pasando por un momento de bajón al cumplir las 6 horas del que me he repuesto como he podido.
En Setenil se puede recoger mochila, además hay comida y asistencia médica. En este punto yo no he dejado nada, así que cojo un sándwich de jamón del avituallamiento y un vaso de coca-cola, además lleno mis botellas y no me detengo ni 5’. Al salir llegamos a la segunda subida importante, no es Pirineos pero tampoco es gratis, aquí en la Serranía también se sufre. Cuando llego al final y me dicen que lo que queda hasta el cuartel es bajada me dan la alegría del día, porque la bajada tiene un desnivel bastante cómodo para correr.
Por fin llego al cuartel km 77, es el segundo puesto dónde puedes dejar mochila y dónde también puedes comer caliente. Además aquí han hecho la transición los duatletas que van por delante nuestro. Aquí si he dejado mochila, zapatillas de repuesto, forro, camiseta, medias, más geles y hasta bastones. He entrado junto con unos sevillanos veteranos en Ronda y recogemos mochila y algo de comer muy rápidamente. Cambiarme de calcetines, camiseta y comer un perrito con una coca-cola me cuesta menos de 15´, ya tendré tiempo de relajarme.
La salida del cuartel es muy dura, se sale del cuartel subiendo, para luego abandonar las comodidades y cruzarte en una cuesta abajo con los duatletas que regresan a Ronda, a ellos les faltan menos de 10km y a mí todavía unos 25km. Por fin acabas descubriendo la penúltima cuesta, la subida a la ermita, que sin ser tampoco Pirineos resulta evidente que la inflación del día la ha encarecido y mucho. Corono la cuesta en el km 83 anocheciendo, la primera parte de la bajada la puedo hacer sin frontal pero al llegar a Montejaque km 83 ya me oblian a ponerme el frontal. Desde aquí hay un tramo cómodo en bajada por asfalto hasta Benaojan . Desde que comencé la carrera he corrido todo salvo las bajadas y algún pequeño momento de desfallecimiento en llano que he aprovechado para hidratarme o comer.
Al llegar a este pueblo paro en una tienda y compro unas pilas para el gps, estoy en el 87km y se inicia una parte dura por la inmediaciones de Hundidero Gato, es una travesía espeleológica preciosa que tuve ocasión de hacer hace mucho tiempo. El recorrido se sale del aslfato y se mete por unas sendas complicadas, mantener la carrera con frontal y por esas sendas exige mucha atención. En el 91km abandonamos las sendas y de nuevo volvemos a pistas. Ahora con el cansancio lógico puedo corre más comodo, nos cruzamos con gente que comienza la subida a la ermita serán unos 25 km me han llevado unas tres horas y es noche cerrada, el cruce de miradas es terrible, alguno me saluda y hasta me da ánimos.
Por fin aparce la última subida, la del tajo de Ronda, la de las mentiras. Me siento eufórico, tengo claro que la carrera ya esta hecha y ahora toca disfrutar. Comienzo relajado la subida y voy apretando poco a poco, se trata de caminar aumentando el paso. Cuando veo las primeras casas de Ronda y desaparece el viejo adoquín, comido por el asfalto me da un subidón que me hace ponerme a trotar y corriendo soy capaz de completar el último kilómetro y medio, con cámara en ristre para llegar a meta en 12h56’, puesto 92 de la general de entre los casi 1800 de 3000 que lograron acabar.
Enhorabuena Valentín por el reto que te has planteado.
ResponderEliminar