Nada mejor para una ruta secreta que un buen mapa, por eso esta primera experiencia la hicimos en El Mapa, urbanización que se encuentra cerca de Chiloeches, en lo más alto del Sotillo. El organizador era José Juan, con el que quedamos a primera hora para esconder el agua. El sitio elegido no podía ser más seguro.
A continuación bajé a recoger al resto del pelotón, que casi parecía un batallón, pues nos juntamos 19 corredores
entre los que había algunas caras nuevas.
Como estaba previsto, salimos en grupo y con mucha alegría. (Es lo bueno de no saber lo que te espera)
El trayecto transcurrió por unos parajes fantásticos, entre pinos que nos daban sombra (precisamente hoy, que hacía un frio impropio de estas fechas) y con panorámicas en las que veíamos desde Madrid a Chiloeches. La ruta bastante llana, con algun pequeño desnivel.
Y así, bucólicamente, seguimos entre árboles y fuentes, gnomos y elfos, hadas y duendes, hasta que llegamos a Chiloeches, donde José Juan nos presentó a la madre de todas las cuestas. Y había que subirla para llegar al coche, o volverse corriendo hasta Guadalajara. Y pasando de los duendes a los demonios, hicimos de tripas corazón y tiramos hacia arriba, algunos con más y otros con menos convicción.
Menos mal que a la llegada, José Juan y Calina nos habían preparado un bouffet libre, en el que no faltó de nada, gracias a lo cual le perdonamos lo de la cuesta. Muchas gracias a los dos por todas las molestias que se han tomado para hacernos pasar una mañana que no olvidaremos fácilmente.
Y además han dejado el listón muy alto para el siguiente que se atreva a organizar una ruta. Ahí os quiero ver.
Os dejo con el resumen de la jornada,
y con el enlace para ver el álbum de fotos.
A continuación bajé a recoger al resto del pelotón, que casi parecía un batallón, pues nos juntamos 19 corredores
entre los que había algunas caras nuevas.
Como estaba previsto, salimos en grupo y con mucha alegría. (Es lo bueno de no saber lo que te espera)
El trayecto transcurrió por unos parajes fantásticos, entre pinos que nos daban sombra (precisamente hoy, que hacía un frio impropio de estas fechas) y con panorámicas en las que veíamos desde Madrid a Chiloeches. La ruta bastante llana, con algun pequeño desnivel.
Y así, bucólicamente, seguimos entre árboles y fuentes, gnomos y elfos, hadas y duendes, hasta que llegamos a Chiloeches, donde José Juan nos presentó a la madre de todas las cuestas. Y había que subirla para llegar al coche, o volverse corriendo hasta Guadalajara. Y pasando de los duendes a los demonios, hicimos de tripas corazón y tiramos hacia arriba, algunos con más y otros con menos convicción.
Menos mal que a la llegada, José Juan y Calina nos habían preparado un bouffet libre, en el que no faltó de nada, gracias a lo cual le perdonamos lo de la cuesta. Muchas gracias a los dos por todas las molestias que se han tomado para hacernos pasar una mañana que no olvidaremos fácilmente.
Y además han dejado el listón muy alto para el siguiente que se atreva a organizar una ruta. Ahí os quiero ver.
Os dejo con el resumen de la jornada,
y con el enlace para ver el álbum de fotos.
CON EL MAYOR DE LOS CARIÑOS Y SIN ACRITUD (como diría el que fué), ME PARECE QUE VOY A DESAPARECER DE LOS ENTRENAMIENTOS DADA SU DUREZA Y LO TEMPRANO DE LA TEMPORADA.
ResponderEliminarHACER EL DOMINGO LA PEÑA HUEVA, EL JUEVES LAS PALOMAS Y AYER LAS CUESTAS DEL MAPA, MIS POBRES PIERNAS NO LO RESISTEN.
ESPERARE A ESTAR EN BUENA FORMA COMO JOAQUIN PARA ACOMPAÑAROS.
Para uno que va mas despacio que yo, y lo quiere dejar. Para que no te enfades, quedas invitado a poner la siguiente ruta (anónimamente, por supuesto)
ResponderEliminar