Me hago eco de un mesaje anónimo que alguien ha dejado, en el que se queja de las cuestas y de la dureza de los entrenamientos, tema sobre el que me gustaría hacer alguna puntualización:
- Las cuestas, según todos los manuales, deben de hacerse sobre todo al principio de temporada. Su función es la musculación, fundamentalmente de cuadriceps, evitando posibles lesiones, sobre todo de rodilla, cuando se aumenta el volumen de entrenamiento. Recordad que la temporada pasada hicimos muchas cuestas y no se lesionó nadie. Y los 28 que fuimos al Maratón lo terminamos.
- La dureza no es función sólo del circuito ni de las cuestas. Lo es sobre todo del ritmo que ponemos nosotros a la carrera. Para mí, el entrenamiento más duro de este inicio de temporada fue un jueves, hace unos quince días, en el que hicimos el cementerio de Taracena como si estuvieramos haciendo un 1.500 (y puede que exagere).
Tardé una semana en recuperarme. Sin embargo este domingo pasado me recuperé nada más terminar de comerme las salchichas de José Juan, porque me había tomado las cuestas con mucha tranquilidad.
- Tienes que reconocer que el que mas insiste en llevar un ritmo tranquilo soy yo. Aunque sólo sea por no quedarme atrás. Y si los que os declaráis en baja forma no os sumáis al grupo, lo único que conseguiremos es que éste vaya cada vez más deprisa. Y nos pasará como a Aquiles con la tortuga.
- Si eres capaz de proponer una ruta llana y de convencer a todos de que vayan despacio, dinos cómo se hace, que muchos te lo agradeceremos.
- Y para terminar, querido anónimo:
- Las cuestas, según todos los manuales, deben de hacerse sobre todo al principio de temporada. Su función es la musculación, fundamentalmente de cuadriceps, evitando posibles lesiones, sobre todo de rodilla, cuando se aumenta el volumen de entrenamiento. Recordad que la temporada pasada hicimos muchas cuestas y no se lesionó nadie. Y los 28 que fuimos al Maratón lo terminamos.
- La dureza no es función sólo del circuito ni de las cuestas. Lo es sobre todo del ritmo que ponemos nosotros a la carrera. Para mí, el entrenamiento más duro de este inicio de temporada fue un jueves, hace unos quince días, en el que hicimos el cementerio de Taracena como si estuvieramos haciendo un 1.500 (y puede que exagere).
Tardé una semana en recuperarme. Sin embargo este domingo pasado me recuperé nada más terminar de comerme las salchichas de José Juan, porque me había tomado las cuestas con mucha tranquilidad.
- Tienes que reconocer que el que mas insiste en llevar un ritmo tranquilo soy yo. Aunque sólo sea por no quedarme atrás. Y si los que os declaráis en baja forma no os sumáis al grupo, lo único que conseguiremos es que éste vaya cada vez más deprisa. Y nos pasará como a Aquiles con la tortuga.
- Si eres capaz de proponer una ruta llana y de convencer a todos de que vayan despacio, dinos cómo se hace, que muchos te lo agradeceremos.
- Y para terminar, querido anónimo:
¡SÉ QUIEN ERES Y SÉ DONDE TRABAJAS!
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